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La Constitucion travesti barrio rojo Buenos Aires

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  • La Constitucion travesti barrio rojo Buenos Aires

    La zona roja del barrio es objeto de una investigación que se volvió libro. Discriminación, submundos y códigos callejeros contados desde adentro.
    La Constitucion travesti barrio rojo Buenos Aires



    Fue una puesta en escena la presentación del libro La Constitución travesti. Su autor, el periodista de rock Sebastián Duarte quiso que así lo fuera. Se cobijó en el bar Charles Bukowski, nombre del cronista de los submundos citadinos si los hay; le dio micrófono al periodista Enrique Symns, que pasados los sesenta, whisky y faso en mano luce tan indecente como siempre; armó un show con las Trans Action, un trío travesti que desafinó sin desentonar y llevó de animador al actor y transforme Mosquito Sancineto, quien también es el autor del epílogo del libro. Para redondear, en las mesas y en el escenario se rodeó de un varieté de invitados entre los que sobresalieron Juan Palomino, Fernando Noir, Mariana Aria, más un par de travestis esquivos entrevistados en el libro.

    "Siempre las traté como mujeres, más allá de que muchas veces se les escapa su masculinidad", dijo Duarte sobre sus entrevistadas. Contó que vivió en pensiones y hoteluchos del barrio, y que frecuentó bares marginales. ¿Por qué eligió ese objeto de investigación? Curiosidad. "Como vivo en Avellaneda, siempre tomo el colectivo en Constitución, y en ese transcurrir me llamó la atención todo este movimiento", cuenta el autor. En ese transitar por el barrio, Duarte cuenta que un día aterrizó en un bar con más de 40 travestis, el de la esquina de San José y Constitución. "Allí nació el libro", recordó, que es también un relato sobre la zona roja más marginal de Buenos Aires.

    Marginal, ambigua y codiciada es la zona que Duarte, encarnado en el personaje de Ricky Medina comienza a investigar. Transcurren sus días en hoteles, bares decadentes y boliches frecuentados por prostitutas, travestis y buscavidas. Hasta que hace base en El Bar de las Travestis. Allí nacen todas sus historias. "Quise conocer de cerca los códigos de las traviesas –así se llaman entre ellas- Quiénes mandan en cada esquina, cómo son las relaciones entre locales y extranjeras, sus peleas, sus problemas con la policía, las drogas, etc", contó el autor.

    El libro cuenta con ocho capítulos cuyas figuras principales son las distintas travestis que convulsionan Constiución. Duarte se propone desenmascarar la hipocresía de quienes ejercen la ley y su implicancia en el negocio de las drogas. También muestra el contraste entre los marginales que viven allí y algunos de los clientes habituales de la zona, "entre quienes hay muchos jefes y gerentes de empresa". El otro gran foco de la investigación está puesto en la discriminación. Para el autor, su libro sale en el momento justo. "El Gobierno de la Ciudad planea sacar a las travestis de Constitución y trasladarlas a Pompeya, a trabajar a orillas del Riachuelo", denunció.

    Como esa, sobran historias y polémicas colaterales. Y sobre la presentación faltan un par de preguntas sin ánimo de que sean respondidas. El Bukowski estaba bien, pero ¿por qué no se presentó en El bar de las travestis, o al menos en Constitución? La otra pregunta, es para los padres del autor, que sentados en primera fila recibieron varias dedicatorias a las que reaccionaron con sonrisas nerviosas y miradas cruzadas entre ellos. ¿Sabían cómo iba a ser la presentación? Sobre el cierre, el batifondo que armó un grupo de músicos ex Bersuit devolvió a cada asistente a su jungla. Y en el fondo, un par de amigos jugaban a diferenciar quién era travesti y quién no. Efecto vino, mezclado con realidad.

    Resumen: La Constitución Travesti es involucrarse en un submundo donde hombres vestidos de mujeres -con transformaciones físicas vía operaciones, ingesta de hormonas y cabelleras largas- taconean con botas altas hasta las rodillas, luciendo polleras cortas o exhibiendo sus cuerpos semidesnudos por las esquinas o calles de una zona roja, siempre mal vista por gran parte de una sociedad discriminatoria. Allí no sólo se mueven los marginales y pobres: gente adinerada en autos lujosos recurre en búsqueda del placer sexual fuera de las normas sociales comúnmente admitidas.
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