Tarde del dos de abril en Valencia, alrededor de las cuatro. Me queda algo de tiempo antes de ir al trabajo y decido hacerle una visita a Fabiola Dione. Vivimos en la misma ciudad pero nunca nos habíamos conocido...

La llamo y me pasa la dirección, a la cual llego un poco antes de lo esperado. Debido al escaso tiempo del que disponía la vuelvo a llamar aún a riesgo de parecer pesado... Aún no estaba disponible pero con enorme amabilidad me invita a subir y esperarla en su casa.

Se abre la puerta y allí está ella, detrás... Alta, delgada, y con una sonrisa encantadora. Me pasa a la habitación y se ausenta durante un breve espacio de tiempo que mis nervios y deseo convirtieron en una eternidad. Al fin, aparece en la habitación, con un sujetador negro y braguitas a juego.

Mientras me desvisto ella hace lo propio y se tumba en la cama masajeando su polla, esperando que llegue a ella... Ya sin la molesta ropa, me deslizo en busca de su cuello, que comienzo a besar suavemente. Es sólo la primera estación del camino, porque rápidamente tanteo su boca... Entreabro mis labios y ella hace lo mismo con los suyos, carnosos, suaves... Bien... Introduzco ligeramente mi lengua y noto que la suya responde, y comienzan un jugueteo vibrante... ¡Genial! Las salivas se mezclan con tanta actividad...¡Insuperable!

Llega el momento de que mi boca siga descubriendo los secretos de su anatomía. Mis besos bajan hacia bajo y la siguiente estación...sus pechos. Preciosos, como los de una teen. Los abarco con mi boca, jugueteo con sus pezones, pero unas presiones rítmicas y constantes en mi estomago me indican que debo continuar bajando... Su polla espera ansiosa.

Y llega el gran momento; me detengo unos instantes a observar su aparato: una polla durísima, preciosa, gruesa en su base y adornada con dos enormes huevos que le sirven de base. Me golpeo la cara con ella, y la paso por mi lengua; ella no quiere esperar más y con su mano la dirige al interior de mi boca; el placer ahora es enorme para los dos: ella gime y yo disfruto ensalivando algo tan duro. Yo alterno la mamada, los lenguetazos a su culo, sus huevos en mi boca, así durante varios minutos en los que noto que mi excitación ha pasado cierto límite...

Ella propone follarme, pero soy sólo activo, por lo cual me pone un preservativo que estoy a punto de reventar. Sé que llegados a este punto el final se acerca en breve. Y así fue. Se lubricó el culo y allí me dirigí, sabiendo mi final anticipado ... al cabo de unas pocas embestidas exploto en un orgasmo sensacional, intenso y glorioso...
Me disculpo ante ella por mis nervios del momento, y responde con palabras cariñosas y educadas, tal y como creo que es ella.

En definitiva, Si lees esto Fabiola, y me recuerdas, queda pendiente algo entre nosotros!

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