Hola a todos, es mi primer relato en el foro aunque llevo tiempo leyendo los vuestros.

He leído varios relatos sobre Silvana Díaz (aunque no en este foro), tanto malos como buenos, y yo voy a poner mi granito de arena en el lado de los buenos. Tuve una experiencia con ella el jueves pasado de puro vicio.

Me acerqué por la noche a la zona del teleférico y la vi enseguida. La reconocí de haberla visto en fotos, y ahí estaba buenísima. Impresionante. Vaya pedazo de tía...No pude resistirme y paré y le pedí que subiera al coche.

Aparcamos un poco más alante y pasamos a la parte de atrás del coche y empezó la fiesta. Me hizo comer su polla un rato y cuando estaba ya bien empalmada se puso un condón, me echo las piernas hacia arriba, y empezó a follarme. La tiene menos grande de lo que dice en su publicidad pero no está nada mal. Me dio fuerte durante un rato, pero el coche es incómodo, yo estaba agotado de todo el dia y de parte de la noche, y me costaba correrme.

Entre jadeos le pedí que metiera algo más burro en el culo, y con cara de puro vicio, cogió otro condón, se lo puso en la mano, me pidió que me sujetase las piernas en alto, lubrico lo que pudo y empezó la tortura.

Empezó a meterme la mano por el culo, empujando cada vez más, y literalmente reventándomelo. Lo más alucinante es que eso la estaba poniendo a cien.
Entre jadeos y quejidos le pregunté y me dijo que eso la ponía a tope.

Pero me hacia tanto daño que a pesar del morbo y la excitación que me producía tuve que suplicarle que parara. Lo conseguí, le pedí que volviera a lubricar, y volvió a intentarlo. Esta vez casi consigue meterme la mano entera pero el dolor era insoportable y tuve que volver a suplicarle que parara. Pero le ponía tan cachonda reventarme el culo que en lugar de parar solo me decía que ya casi estaba dentro.
Al final conseguí escaparme.

Entonces comenzó a pajearse y me la metió en la boca mientras se masturbaba y empujaba hasta que se corrió dentro. Era la primera vez que una trans se corrío en mi boca. Y aunque llevaba mucho tiempo deseando probar algo así, nunca antes me había atrevido. Me gustó condenadamente a pesar del miedo, y abrí rápidamente la puerta del coche y escupí, muy a mi pesar, todo lo que pude.

A todo esto yo no me había podido correr y varias veces me lo dijo por si quería que intentase algo. Pero como digo estaba agotado, y sabia que la corrida la iba a tener al día siguiente al pajearme con el recuerdo bien fresco.

Nos quedamos un rato charlando en el coche, y antes de despedirme, ya que había hecho o intentado varios de los excesos que me rondaban la cabeza desde hacía tiempo, le pedí un último favor. Le pedí que me dejase descalzarle uno se sus bonitos pies y comérmelo entero. Y así lo hicimos, dedito a dedito y en especial el puente que a ella gustaba tanto. Le volví a poner delicadamente la sandalia y finalmente nos despedimos. La acerqué al mismo sitio donde la había subido al coche y me volví para casa.

Fue una pasada.
Si puedo repito. Y esta vez consigue meterme la mano hasta dentro...



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