Salgo de cena con unos amigos. Quedamos casi todos los meses. Solo chicos. Normalmente nos dan las cuatro o las cinco, pero este sábado unos y otros tienen que retirarse pronto y me quedo junto a mi coche solo a las dos menos cuarto. Estoy en Plaza Castilla. Arrancó y enfiló Castellana abajo, en dirección a Cibeles. Pienso que si estuviera Dita en Madrid, la llamaría. Pongo música y la voz de Mina me envuelve. "Nostalgias,
de escuchar su risa loca
y sentir junto a mi boca,
como un fuego, su respiración."
Me dejo emocionar por esa letra triste.
Sin darme cuenta, llego a una rotonda y casi sin darme cuenta giro y me encamino a la calle Pedro de Valdivia. Hoy está vacía de travestis... Hace tanto tiempo que no pasaba por aquí... Seguramente los lugares han cambiado.
Vuelvo a la Castellana.
Ahora giro por Marqués de Riscal. Tampoco se ve ninguna travesti.
Tuerzo por Almagro, convencido de que ya no hay travestis por la zona.
Pero decido dar una vuelta más, al corazón de esta zona de travestis.
La calle Jenner me devuelve al pasado. Según entró en esa calle, aparecen tres cuerpos surgiendo de detrás de unos coches aparcados. Los vestidos abiertos. Dos mostrando lencería. La tercera mostrando la piel. Las tres ofreciendo sus atenciones descaradamente.
Más adelante, en la esquina con Fortuny, otras dos travestis hablan en voz alta y pasan de mi coche.
Por último,en el semáforo con Almagro, otras dos se dirigen a mi coche, aprovechando que tengo que parar en el semáforo, y me invitan a abrirles la puerta.
En todas ellas he visto, a pesar de la rapidez de la imagen, secuelas de drogas.
Me entristece tanto la sordidez del lugar, del momento, que no las miro siquiera con la ilusión de ver algo que me guste. Si me fijo bien en ellas, seguramente me resbalé alguna lágrima.
En unos segundos desfilan en mi recuerdo todas aquellas a las que conocí por estas calles.
Paro un momento en el lateral de Eduardo Dato. La canción de Mina está terminando. Dejó que acabe y apago la radio.
Por fin decido que hoy no recogeré a ninguna.
Aún me da tiempo a ver cómo llega un coche y se baja una rubia con el vestido por la cintura, sonriendo satisfecha. Se despide del conductor. Mira en rededor y me ve. Me sonríe. Le digo que no con la cabeza. Se encoge de hombros y se pone a mear en un árbol. Tiene buen cuidado do mantener el vestido por la cintura, mostrándome un culo bien formado. Cuando considera que la he visto bien el culo, gira un poco alrededor del árbol para que pueda verle la polla de perfil. Me recuerda vagamente a Verónica, aunque Verónica era mucho más guapa.
Estoy a punto de ceder. Pero puede la nostalgia y dejó que el coche se deslice hacia Castellana...
Si, son ya muchos años con esta inclinación. Uno se acuerda de noches maravillosas y de cosas que por ella o por ti no pasaron cuando podia haberlo sido.
Ahora con otra mentalidad, recapitula las posibilidades perdidas.
Nostalgia es una palabra que me lleva al pasado, cuando no me importaba si me quedaba sin dinero y tenía por lo menos una experiencia a la semana. Ahora que es más fácil mirar páginas, consultar foros me he quedado estancado y decepcionado conmigo mismo por haber visto pasar muchos trenes. Un abrazo.
Reconozco no conocer esas calles pero si tu buena prosa.
Decia una cancion que "los tiempos estan cambiando", antes habia que ir a las calles, clubs o zonas apropiadas para poder tener encuentros y decidiamos cual entre cinco o diez chicas, hoy tenemos internet y sus miles de paginas y opciones, somos los mismos con diferentes armas pero mantenemos el deseo, el deseo de una relacion diferente, mas o menos clandestina y que nos deje contentos en nuestro interior.
La nostalgia es buena, no solo echamos en falta las cosas, tambien nos acordamos de como las vivimos y eso nos ayuda a apreciar lo bien que estabamos o lo bien que estamos.
Gracias por dejarnos participar de tus recuerdos.