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Qian Jinfan, nacido en la provincia sureña de Cantón, toma hormonas para agrandar sus senos y usa ropa femenina, y, hace cuatro años, decidió revelar su secreto a su familia y amigos, además de adoptar el nombre femenino de Yiling.
En septiembre de 2009, Qian escribió una carta a las personas con las que trabajaba, en un organismo público, para informarles de su decisión.
"No escribí la carta por impulso. No me importó si las autoridades me degradaban o reducían mis ganancias", mencionó Qian, según el citado medio, y añadió que, después de revelar su secreto, su familia, amigos y compañeros de trabajo se mostraron comprensivos.
"Me preparé para morir por defender mi decisión. Para mi sorpresa, todos fueron muy tolerantes y lo aceptaron", comentó Qian, recordando que quería ser mujer desde los tres años. "Mi ser actual es mi ser real", aseguró, y agregó que empezó a usar cabello largo postizo, pantalones y ropa pegada desde los años 80, y que en los 60 trató de tomar pastillas para parecerse más a una mujer, pero que se rindió.
El calígrafo confiesa que le parecía que ser mujer "era fabuloso" y que siempre deseó hacerse una cirugía transexual, pero que el procedimiento le parecía muy peligroso y complicado, por lo que actualmente, con la autorización de su esposa, sale a la calle vestido de mujer y acude a los baños públicos femeninos.
El caso de Qian, publicado en medios chinos, es signo de una cierta apertura por parte del país asiático con respecto a temas como la transexualidad o la homosexualidad, que se consideró una enfermedad mental hasta 2001, y que en la década de los 50 podía llegar a ser tratada con terapias de "descargas eléctricas".
OK.